Cuando se empezó a trabajar en Málaga (1963) la Ingeniería de Desarrollo (I+D) se mantuvo ubicada en Standard Eléctrica en Madrid. En Málaga tan sólo había un Laboratorio de Electroacústica y Medidas Telefonométricas que era necesario para controlar los equipos de medida y algunas características técnicas de los teléfonos fabricados. Mi primera misión en Citesa fue el diseño y creación de dicho Laboratorio. Simultáneamente era Jefe del Taller de Ensamble. Como para el buen funcionamiento de la I+D alguien en Málaga debería de ser el corresponsal de la I+D de Madrid se me encargó dicha función.Hacia 1967 hubo una reorganización de la I+D en ITTE, nombrándose un Director de I+D en Audiocomunicaciones para toda Europa radicado en Bruselas (Keith Preece)y otro a nivel mundial (Frank Palen) situado en Nueva York.Ambos visitaron España, Madrid y Málaga, y decidieron que lo mejor era que la I+D de Audiocomunicaciones se trasladara a Málaga. Me ofrecieron el puesto de Director de la nueva I+D, cosa que acepté inmediatamente, abandonando el taller de Ensamble.
De acuerdo con ITTE se pensó que se necesitarían, al principio, cuatro o cinco ingenieros. Así que se pusieron anuncios y se comenzó a realizar la contratación. El problema resultó ser que los contratados tan pronto pasaban unos meses se apresuraban a irse a empresas de Madrid o Barcelona donde pensaban que tenían más futuro. Así que decidí que había que contratar a ingenieros que, o bien fueran malagueños, o al menos tuvieran vínculos con Málaga o Andalucía. Cuando el Director de Personal se dió cuenta de que, entre los currículos recibidos, yo elegía a los nacidos en Málaga o en zonas cercanas, me dijo: "Pero tú ¿estás creando una Ingeniería de Desarrollo o un cuadro flamenco?" El resultado fue la contratación de José Estrada, José Luis Casado, Alfredo García Lopera, José Antonio Maestre y José Luis Díaz Lafuente. En vista de los resultados yo diría que la selección no se hizo mal.
En aquella época (no se ahora) los ingenieros de telecomunicación sabíamos de electrónica y telecomunicación, pero el diseño mecánico no era nuestro fuerte. Así que se contrató a un ingeniero técnico de Standard con experiencia, para llevar esa parte del diseño. Su nombre Sanz Paricio. También se incorporaron proyectistas y delineantes (eso del CAD-CAM estaba muy lejos). Con el tiempo se vió la conveniencia de disponer de un Taller de Modelos, que quedó bajo la responsabilidad de Oscar Mestre y al que se incorporaron varios matriceros. No quiero olvidarme del Laboratorio de Telefonometría, cuyo jefe era el entrañable Leonardo Sanchez Navarro (QEPD) y al que también se incorporó José Antonio Marinero.
Lorenzo Martínez.
sábado, 1 de marzo de 2008
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